¿Qué pasa con el aterrador rincón de la muerte?

Pregunta: Conozco un caballo al que normalmente llamaría valiente. La yegua es excelente en espectáculos ecuestres, en carreteras, en desfiles y en la mayoría de los demás entornos. Sin embargo, está petrificada por un lugar en el otro extremo de la pista cubierta. No está junto a una puerta y no tiene una sombra extraña; por mi vida no puedo entender qué es. También he visto este fenómeno en otros caballos, ¿qué lo causa y qué puedo hacer para solucionarlo?

Renate Larssen: Este es un problema común a muchos jinetes, y tanto la explicación como la solución se pueden encontrar en la biología del comportamiento del caballo.

Los caballos perciben el mundo de manera diferente a nosotros; el hecho de que no podamos ver algo aterrador en un rincón no significa que el caballo sienta lo mismo. Como animales de presa, están muy en sintonía con las amenazas potenciales del medio ambiente. Sus sentidos evolucionaron para identificar estas amenazas, su comportamiento evolucionó para escapar de ellas y su memoria evolucionó para evitarlas en el futuro.

Los caballos tienen un campo visual que cubre casi 360 grados y una pupila horizontal, lo que significa que captan detalles en un área amplia a su alrededor. Son particularmente sensibles a las señales de movimiento, porque en su hábitat natural, cualquier movimiento en el horizonte podría ser una señal de alerta temprana de un depredador que se acerca.

Como muchos caballos son montados con su plano nasal en posición vertical o detrás de la vertical, su campo visual estará orientado en un ligero ángulo con respecto al horizonte, lo que significa que verán cosas que están detrás y encima del jinete. Por tanto, es posible que tu yegua reaccione ante algo que ni siquiera ves.

Los caballos también tienen un sentido del oído bien desarrollado. Pueden captar sonidos a más de una milla de distancia y escuchar ruidos agudos que nosotros no podemos. Por lo tanto, también es muy posible que reaccione a algo que oye, en lugar de a algo que ve, o a una combinación de ambos.

Además de grandes sentidos, los caballos también tienen una gran memoria y rápidamente formarán una asociación entre un lugar en particular y un evento desagradable. Si la experiencia desagradable se repite varias veces, el caballo puede volverse hiperreactivo rápidamente.

Puede ser que su yegua haya visto, escuchado o experimentado algo aterrador o doloroso en ese rincón en algún momento, o en un rincón similar en otra arena, y esté esperando la misma experiencia cada vez que pase por allí. Cuando se asusta, agrega distancia entre ella y el área que la asusta, haciéndola sentir más segura nuevamente y reforzando así el comportamiento.

La forma en que el ciclista responde ante un fantasma también juega un papel importante en la creación de esta asociación.

Si el jinete se tensa y tira de las riendas, pierde el equilibrio o pierde los estribos y corrige al caballo, por ejemplo, la experiencia desagradable se amplifica. Es probable que el caballo se ponga tenso por la expectativa la próxima vez que pase por el mismo lugar, y esto puede convertirse rápidamente en una espiral descendente.

Las reacciones basadas en el miedo pueden ser difíciles de volver a entrenar, ya que son una estrategia de supervivencia evolutiva. Sin embargo, hay formas de reemplazar las reacciones basadas en el miedo de tu yegua con respuestas diferentes.

Primero, necesitamos prepararla para el éxito. Asegúrese de que satisfaga sus necesidades básicas de comportamiento: libre movimiento diario en un campo con al menos otro caballo que le guste y acceso a forraje durante al menos 10 horas al día, distribuidas uniformemente durante las 24 horas completas. Muchos problemas de conducta desaparecen por sí solos una vez que se satisfacen las necesidades de conducta, por lo que esta es una parte importante de cualquier programa de capacitación.

Una vez que se hayan abordado las necesidades de comportamiento de su yegua, el primer paso es dejar de provocar su miedo, porque cada vez que se asusta y se asusta, el comportamiento se refuerza. Una solución fácil es simplemente evitar la esquina por completo: encuentre una distancia desde la esquina donde la yegua se sienta cómoda y no muestre ningún comportamiento relacionado con el miedo, y simplemente conviértalo en su nuevo «rincón imaginario» por un tiempo.

Esfuércese por pasar la “esquina imaginaria” de forma controlada pero relajada, evitando un contacto fuerte con las riendas o el manejo de ayudas para las piernas que pueda percibir como desagradables. Hágalo primero durante la caminata y haga transiciones entre caminar, detenerse y caminar, círculos y otros ejercicios con los que esté familiarizado y que pueda realizar sin esfuerzo físico o mental. Sea muy particular al liberar la presión de las riendas y las ayudas para las piernas tan pronto como ella responda de la manera que usted desea. Si puedes darle un rasguño en la cruz o una rodaja de zanahoria en el “rincón imaginario”, ¡eso es una ventaja adicional!

Con el tiempo, progrese hasta pasar la “esquina imaginaria” al trote y al galope, pero manténgase concentrado en la relajación. Una vez que se sienta cómoda haciendo eso en varias sesiones, acerque un poco el “rincón imaginario” al rincón real y vuelva a trabajar en la caminata. Continúe desarrollando el ejercicio de esta manera agregando más esfuerzo O disminuyendo la distancia hasta la esquina real, nunca ambas cosas al mismo tiempo, para evitar ejercer demasiada presión sobre ella.

Para obtener crédito adicional y un progreso más rápido, puedes hacer un yo-yo un poco entre la ubicación de la “esquina imaginaria” retrocediendo a una ubicación anterior cada vez que te acerques a la esquina real. Presta siempre atención al comportamiento de tu yegua, especialmente a sus expresiones faciales (difíciles de hacer desde la silla, lo sé…) y a la tensión corporal general, ya que te darán una indicación de su estado emocional. Si nota que se pone tensa, retroceda un poco a una etapa anterior durante algunas sesiones y luego intente avanzar nuevamente.

Recuerde ser paciente y confiar en el proceso; esto no sucederá en el transcurso de una sesión de capacitación, sino durante varias semanas, tal vez incluso meses. La única que puede marcar el ritmo es tu yegua.

Finalmente, no dude en comunicarse con un etólogo o un conductista calificado si desea ayuda in situ con un problema de comportamiento.

¿Tiene alguna pregunta sobre el comportamiento de los caballos para la etóloga equina Renate Larssen? Envíelo a news@horsenetwork.com para considerarlo en una columna futura.

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