¿Qué forma el carácter, el sentido del humor y un futuro piloto de primer nivel? La respuesta es realmente bastante simple y siempre tiene menos de 15 manos. Ponis.
Ah, ponis, nos derriban para reconstruirnos.
Son peluches de “mi pequeño pony” que cobran vida con ojos grandes y dulces, un apetito voraz por las galletas y un problema de actitud. Como jinetes, son nuestros primeros amores y nuestros mejores maestros, esperan con la cabeza apenas asomando por la puerta del cubículo a su hijo favorito y sueñan con su próxima juerga no provocada.
La honestidad descarada de un pony les enseña a los jinetes lo bueno y lo malo en la silla y cómo quitarse el polvo de la arena, levantar sus pantalones de montar y volver a subirse a los estribos. Pero nunca es un largo camino hacia abajo, porque las ocasionales lecciones de paciencia no se comparan con la alegría ilimitada y el amor incondicional entre un joven jinete y su pony, o la sensación de volar a 18 pulgadas del suelo.
El vínculo entre un jinete y su primer pony nunca se romperá, sin importar cuán viejos o redondos sean. Sin embargo, muchos de nosotros hemos superado hace tiempo nuestros cortos días de estribo. Lo mejor que podemos hacer una vez que eso suceda es complacer nuestra nostalgia visitando paraísos para ponis como la Royal Winter Fair en Toronto, ON.
Así que, sin más, os presentamos a los futuros campeones del deporte ecuestre: los ponis de The Royal.