Diez cosas que nadie te cuenta sobre la compra de una silla de montar*

Le dirán muchas cosas cuando se embarque por primera vez en la compra de arreos. Simplemente no te lo dirán estos cosas.

1. Comenzarás a montar en la silla y brida asignadas al caballo.

Todo parecerá estar bien en el mundo en tu estado de feliz olvido.

2. Comprarás tu primer caballo y te darás cuenta de que ahora debes adquirir tu propia silla y brida.

Probablemente irás al portasillas usado y comprarás algo multiusos que se ajuste a tu presupuesto, que será minúsculo. Aún así, no tendrás idea de lo complicadas que se pondrán las cosas.

3. Un día probarás una silla de montar.

Tal vez uno construido especialmente para la disciplina que practicas, como una silla de doma. Conducirás mejor que nunca en tu vida. Su entrenador dejará de decir “pierna atrás, pierna atrás” o lo que sea que su entrenador esté corrigiendo constantemente en su posición. Comprarás la silla que acabas de probar en el acto; es solo dinero y, en este momento, parece que vale cada centavo.

4. Obtendrás un caballo diferente.

Nadie le dirá que la silla que compró con el dinero de sus vacaciones no le va a servir al nuevo caballo.

5. Intentarás vender tu silla.

Le llevará varios meses más de lo debido y obtendrá un 30 por ciento menos de lo que pide, aunque se trata de un «sillín de marca de alta gama que mantendrá su valor».

6. Intentarás comprar una silla usada para el caballo nuevo.

Al hacerlo, descubrirá que solo le quedará una silla personalizada porque sus piernas son demasiado largas y su caballo tiene hombros de forma extraña.

7. Pasarás un año de pensión no en uno sino en dos sillines personalizados.

Porque ahora eres un eventer y estás obligado a tener tanto una silla de doma como una silla de salto.

8. Volverás a cambiar de caballo, por causas ajenas a tu voluntad, dentro de los dos años siguientes a esta compra.

Su nuevo caballo no podrá usar sus nuevas sillas de montar personalizadas.

9. Llorarás un poco.

Y comenzar el proceso de nuevo.

10. Durante el resto de tu vida como ciclista, seguirás comprando los mejores accesorios personalizados disponibles.

Porque eres un ciclista mayor y necesitas todas las ventajas que puedas encontrar para mantenerte en la posición adecuada. Y porque tu pobre caballo que tiene que trabajar para ganarse la vida merece todas las comodidades. Ninguna de esas cosas te impedirá derramar una lágrima o dos en la caja registradora.

*Basado en una historia real.


(©Fotografía de la naturaleza de la luz/Cortesía del autor.)

Sobre el Autor

Laura Strassman trabaja en marketing tecnológico y vive en los suburbios de Boston. Tiene una larga y accidentada historia con los caballos, pero actualmente posee un maravilloso TB X Percheron llamado Fezzik. Tiene 17,2 manos, por lo que encaja perfectamente con su nombre si conoces la referencia. A Laura le gusta tomar fotografías y crear vídeos tanto en el trabajo como en su tiempo libre. Sus temas favoritos son la comida y, por supuesto, los caballos.

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