La sensibilidad alimentaria en los caballos puede provocar todo tipo de molestias intestinales, enfermedades y diversos problemas de salud. Evidentemente, nada de esto facilita la vida, y el diagnóstico de las sensibilidades e intolerancias en los caballos es clave para su salud y bienestar general.
Durante las últimas dos décadas, la salud intestinal tanto en humanos como en animales de compañía se ha convertido en un tema candente. Y con razón: los billones de microbios (bacterias, hongos, protozoos y virus) que habitan en su intestino hacen mucho más que simplemente garantizar la facilidad digestiva y la comodidad del estómago. Un microbioma equilibrado juega un papel crucial en la salud general y la longevidad.
Esto es tan cierto para los humanos como para los caballos.
El papel de la alimentación en la salud intestinal del caballo
Sabiendo esto, muchos han recurrido a alimentos, suplementos y simbióticos (prebióticos y probióticos) para ayudar a promover la salud gastrointestinal (GI) de sus compañeros equinos. Como dijo Hipócrates hace mucho tiempo: «Que la comida sea tu medicina y la medicina tu alimento».
Los caballos tienen una capacidad mínima para la digestión de los alimentos en el estómago y el intestino delgado. Para ellos, las fuentes adecuadas de fibra son fundamentales para permitir la fermentación de los alimentos que se producen principalmente más allá del intestino delgado para lograr el equilibrio dietético correcto.
Además, se ha sugerido un papel patogénico de la intolerancia al gluten en algunos casos de enfermedad inflamatoria del intestino delgado equino. Los caballos que sufren de inflamación gastrointestinal relacionada con el gluten pueden ser asintomáticos o pueden presentar cualquiera de los siguientes problemas asmáticos o del tracto gastrointestinal:
- heces blandas
- úlceras
- Problemas de la piel, especialmente urticaria y prurito (picazón).
- tensión-fatiga
- malestar
- lo aburrido
Sólo podemos imaginar cuánta incomodidad debe sentir un caballo que sufre cualquiera de estos. Esto, junto con el hecho de que también se ha demostrado que la reactividad de los alimentos no es estacional y responde mal a los esteroides, significa que existe una necesidad cada vez mayor de disponibilidad comercial de alimentos orgánicos y sin gluten para caballos.
Por supuesto, la intolerancia al gluten no es la única sensibilidad alimentaria que puede afectar la salud del caballo.
El vínculo entre la dieta y la enfermedad
La dieta puede ser un factor de riesgo grave para una serie de enfermedades, ya que los ingredientes dietéticos comunes actúan sobre el genoma animal directa e indirectamente para alterar la expresión y la estructura genética. Además, ciertos genes regulados por la dieta desempeñan un papel en la aparición, incidencia, progresión y/o gravedad de enfermedades crónicas.
Por tanto, la intervención dietética basada en las necesidades y el estado nutricional del animal junto con su genotipo puede utilizarse para prevenir, mitigar o incluso curar enfermedades crónicas.
Sin embargo, esto plantea la pregunta: ¿qué alimentos pueden tolerar bien los caballos y cuáles deben evitarse? La respuesta está en las pruebas.
Pruebas de sensibilidad alimentaria en caballos
Si bien la verdadera alergia alimentaria en animales como los caballos es poco común, la sensibilidad e intolerancia alimentaria son cada vez más comunes.
La cantidad de genes dentro de los microbios del microbioma es 200 veces mayor que la cantidad presente en el genoma de los mamíferos. Estos organismos desempeñan un papel fundamental no sólo en el mantenimiento de la salud intestinal, sino también en el reconocimiento y seguimiento de cualquier efecto nocivo que aparezca. Las reacciones adversas a los alimentos pueden ser:
- inmunológico: alergias e hipersensibilidades, mediadas por inmunoglobulina E, IgE y
- no inmunológico: intolerancia alimentaria mediada por inmunoglobulinas IgA e IgM.
Los estudios publicados han demostrado que la forma más fiable de identificar la sensibilidad a los alimentos en equinos sanos es a través de estos últimos: anticuerpos IgA o IgM contra los alimentos en la saliva. Se ha demostrado que estos dos aparecen comúnmente antes del diagnóstico de:
- enfermedad inflamatoria intestinal (EII) o «síndrome del intestino permeable»,
- así como reacciones corporales como urticaria, erupciones cutáneas y ronchas.
Por tanto, las pruebas de saliva pueden revelar la forma latente o preclínica de sensibilidad e intolerancia alimentaria.
Aquí es donde entra en juego una herramienta como Nutriscan®, una prueba de diagnóstico patentada basada en saliva desarrollada en nuestro laboratorio. Nutriscan®, una simple prueba de saliva, funciona para identificar un panel primario de 22 antígenos alimentarios altamente purificados que reaccionan a estos dos anticuerpos (IgA e IgM) en caballos.
Una vez que se reciben los resultados y los cuidadores saben qué alimentos evitar, pueden consultar con su veterinario o nutricionista animal para darle al caballo la dieta adecuada.
Al igual que los humanos, alimentar a los caballos con el alimento adecuado para la composición biológica única de cada individuo es clave para su comodidad diaria y su salud general. Esa tarea, aunque no es exactamente fácil, es cada vez más manejable gracias a herramientas mejoradas de prueba y diagnóstico.